19 de noviembre de 2012

DeBiLiDaD




Destrozó el rompecabezas de un solo golpe;
ese de mil piezas con la foto de unos barcos en el puerto
ese que le había consumido tres semanas de su vida
con todas sus horas, sus días, sus noches,
ese de las piezas diminutas
que se van uniendo sobre una mesita baja de vidrio.

De un solo golpe nevaron las piezas en la habitación.

Ahora el silencio.

Mira las piezas, indefensas, solitarias, tan pequeñas, tan graciosas sus formas en soledad.

Una copa de vino,
una bocanada de aire de luna desde el balcón,
un llanto exagerado, y el suspiro que le pone fin.

Entonces ya le vuelven las ganas de volver a armarlo,
una a una las mil piezas.

Hasta el próximo golpe,
hasta el próximo llanto.




15/05/08

No hay comentarios:

Publicar un comentario