19 de noviembre de 2012

Marina


Voy y vengo como esta agua.
Estoy y no más.
Me fui.  Ahora no.
Te acaricio en tus arenas.
Me alejo a lo profundo.
Me llevo tus silencios.
Me llevo tus miradas.
Me llevo tu fuego.
Te traigo desde adentro, mis manos, mi perfume, mi fuego y el tuyo.
Para que los cuides y te los guardes ahora que me voy otra vez.
Pero de pronto te miro.
Y el agua se aquieta.
El agua es silencio.
Silencio sin olas.
Y podés sumergirte, en todas mis profundidades.
Porque tu mirada es la calma.
Me atrapa y me lleva a tu orilla más lejana.
Y el agua se aquieta.

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