Voy y
vengo como esta agua.
Estoy y
no más.
Me
fui. Ahora no.
Te
acaricio en tus arenas.
Me alejo
a lo profundo.
Me llevo
tus silencios.
Me llevo
tus miradas.
Me llevo
tu fuego.
Te
traigo desde adentro, mis manos, mi perfume, mi fuego y el tuyo.
Para que
los cuides y te los guardes ahora que me voy otra vez.
Pero de
pronto te miro.
Y el
agua se aquieta.
El agua
es silencio.
Silencio
sin olas.
Y podés
sumergirte, en todas mis profundidades.
Porque
tu mirada es la calma.
Me
atrapa y me lleva a tu orilla más lejana.
Y el
agua se aquieta.
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