23 de marzo de 2011

Andariego que se detiene

Una tarde estás volviendo de hacer unas compras y mientras pensás en lo que vas a cocinar con lo que compraste... te das cuenta de que ésta es tu vida. Tantos años planeando, imaginando, dibujando en la mente paisajes y personas, y de pronto te das cuenta de que es ésto. Es lo que está sucediendo justo en este momento. Caminando con tres bolsas en la mano, sin dejar de caminar, se te revela este descubrimiento. Y le decís:
"Bueno Señora Vida Mía, acá estoy, mucho gusto, vamos a empezar a ponernos al día y conocernos, ¿qué le parece?"
No le parece nada.
"Voy a empezar a despabilarme y a dejar de creer que usted está siempre un poco más allá ¿qué piensa?"
No piensa nada.
"Esto de la zanahoria delante del burro me parece una metáfora muy ilustradora ¿no? Nos mantiene siempre avanzando. Pero quizás a partir de hoy me han dado más ganas de quedarme un tiempo parado. No sé cuánto tiempo, pero me gustaría dejar de caminar un poco y descansar bastante. Quedarse en un lugar también tiene su aventura ¿qué opina?"
No opina nada.
"Nunca me han gustado las rutinas. Siempre le escapo con una habilidad impresionante. No tengo rutinas ni para los desayunos. O si las tengo, me duran muy poco, algo así como tres o cuatro días. Incluso al caminar hacia los mismos destinos elijo caminos diferentes, o varío los medios de transporte. Por supuesto que en este mundo en el que vivimos es muy difícil no sostener algunas rutinas. Creo que eso acrecienta aún más mi neurosis. Más de lo que ya es en sí misma. Pero en fin, a pesar de esto he decidido detenerme en un lugar. No sé de dónde brotó esta necesidad y este deseo, pero lo siento correcto en mi interior ¿no lo cree usted así?"
No cree nada.
"Bueno, así que como le vengo diciendo... aquí me detengo. Aquí siento que puedo hablar con usted de uno a uno. De hecho, es la primera vez que hablamos ¿se ha dado cuenta? Supongo que sí lo habrá notado. No sé cuánto tiempo estaré en este lugar, pero me sienta bien detenerme y ver hacia dónde sigue el camino. Como parte de cualquier viaje en la ruta. Uno necesita detenerse de cuando en cuando, para almorzar, para ir al baño, para estirar las piernas. Bueno, tomémoslo así. Ya vendrá el momento de subirme de nuevo al coche y seguir en la ruta ¿está bien?"
Silencio.
"Bien, voy a tomar eso como un sí. Encantado de conocerla Señora Vida Mía. Voy a hablarle con más frecuencia para contarle cómo marcha todo. Hasta pronto."
Y así, sin darte cuenta, empezás otra parte del viaje.
Hoy

No hay comentarios:

Publicar un comentario